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Todo sobre el sector del juego online en España

Slots y apuestas cruzadas: Los nuevos juegos y sus riesgos

Slots y apuestas cruzadas: Los nuevos juegos y sus riesgos

La Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones, ha publicado las cantidades jugadas en España desde que se autorizaron los juegos online (1 Junio 2012 hasta el 31 diciembre 2013). Durante los siete meses del 2012 se jugaron 2.727 millones de euros. A mi juicio, esas cantidades jugadas no surgieron por la creación de un nuevo mercado, sino por un afloramiento y regularización de lo que se estaba jugando de forma ilegal ante la pasividad de las Administraciones Públicas.

De los datos del 2013 se puede deducir la rápida maduración y expansión de este tipo de juegos. En su primer año las cantidades jugadas ascendieron a 5.437 millones de euros, que pueden significar casi el 25% del mercado de juego en España. De las cantidades jugadas, las apuestas deportivas de contrapartida suponen más de un tercio, seguidas del póquer, los juegos de casino, concursos y bingos.

Si a estas cantidades le deducimos los premios, tendremos los ingresos netos de las empresas (GGR Gross Gaming Revenue) que ascienden a 227 millones de euros, un 4% de las ventas. La causa de este pequeño porcentaje es la regulación de este tipo de juegos online: al no tener límites en la concesión de premios se está devolviendo una media del 96% de lo jugado.

Esta circunstancia motiva que la recaudación por ingresos fiscales, al ser la base imponible del impuesto el GGR, haya sido un 1,1% de lo jugado. Es decir sólo 74 millones de euros, de los que 5 millones han correspondido a la Comunidad Valenciana (Joc Privat Abril 2014).

Esta actividad se desarrolla a través de casi cincuenta operadores, que mediante esos ingresos netos deben hacer frente a todos los gastos que conlleva una actividad empresarial, impuestos, gastos operativos, una fuerte y costosa promoción en publicidad en todos los medios de comunicación, bonos y premios. Todo esto ha motivado que pese no generar empleo, sus resultados económicos no hayan sido los esperados y algunas hayan tenido pérdidas.

Para dar salida a esta situación, la DGOJ, sin haber estudiado las consecuencias de la medida y sin necesidad en el mercado de nuevos juegos, ha iniciado los trámites legales de consulta pública y alegaciones para regular y explotar dos nuevos juegos online: las Máquinas Recreativas de Juego Online (slots) y las Apuestas Cruzadas.

De la memoria que acompaña a los proyectos se deduce que no van a generar empleo y que los ingresos tributarios no dejan de ser ridículos, 5,6 millones de euros (slots) y 1,6 millones de euros de las apuestas cruzadas. En cambio sus consecuencias, en caso de aprobación, van a ser muy perjudiciales tanto desde el punto de vista económico como psicológico y social.

La implantación de las máquinas recreativas online (slots) va a ser muy lesiva para el juego presencial y en concreto para las máquinas B y C. Les harán una competencia desleal derivada de una oferta mucho más agresiva (ausencia de límites de apuestas y premios) y mayor capacidad de promoción (publicidad, bonos, premios), que pondrán en grave riesgo a un sector industrial y de servicios que aporta más de 700 millones de euros a las comiunidades autónomas., a muchos empleos, y todo ello sin olvidar los bares y cafeterías que sobreviven gracias a las mismas.

Respecto a las apuestas cruzadas, los jugadores arriesgan su dinero entre sí, con una operativa similar a los mercados financieros pero con muchas menos garantías. Las comisiones que percibe el operador son mínimas en comparación con las cantidades que habitualmente se apuestan en este tipo de juegos, lo cual implica una escasa recaudación y ningún empleo.

Tienen además un mayor riesgo. A diferencia de las apuestas deportivas, las apuestas cruzadas pueden realizarse sobre cualquier hecho o evento, siempre que alguien acepte la apuesta. Al contemplar factores distintos al resultado y no ser controlables, favorece la posibilidad de que puedan ser amañadas y dar lugar a blanqueo de capitales, corrupción en el deporte y otras consecuencias no deseables.

Con los datos oficiales de la DGOJ en 2013, se puede concluir que la aportación de estos juegos al PIB, al empleo y a los ingresos fiscales, es muy baja a pesar de contar con unas ventas de 5.437 millones de euros. La ausencia de regulación en su publicidad y premios les ha permitido hacer campañas de promoción sobre todo entre los jóvenes mediante el reclamo de grandes premios y posibilidad de una forma de vida.

A mi juicio, la regulación y control de esta actividad no pasa por introducir ilimitadamente nuevos productos de juego, sino por dar racionalidad a los existentes, con una fiscalidad más elevada, regulando su publicidad y premios y sobre todo protegiendo a los más débiles de la sociedad (jóvenes) de las consecuencias no deseadas que esta actividad puede ocasionar (ludopatías).

Fuente: elRecreativo.com