Las mafias y las apuestas online

Marco Paoloni dejó las canchas de futbol en el 2011 cuando se descubrió que había narcotizado a sus compañeros para que perdieran el juego ante Paganese. Fue el último recurso por el que apostó el portero, ya que antes recurrió a expulsiones, autogoles y errores que incidieron directamente en los resultados de Cremonese y Benevento, los equipos con los que jugó desde el 2008.
En su juventud jugó en la Roma y participó en categorías juveniles de la selección italiana, pero cuando la justicia lo interrogó sobre las acusaciones de amaño de partidos que caían sobre él, se descubrió que es ludópata, tenía deudas de juego y la mafia lo presionaba para pagar. No le quedó más remedio que persuadir a sus compañeros para perder y, ante la negativa, utilizó un somnífero que disminuyó las capacidades físicas de sus colegas en la cancha.
El problema del arreglo de partidos y la injerencia de las apuestas ilegales en el futbol alcanza a 40 países, según el informe de corrupción que presentó El Economista este martes. El auge del delito -donde participan futbolistas, árbitros, directivos, técnicos y apostadores- se comprueba cuando al año la industria de las apuestas genera más de 400,000 millones de euros, tan sólo en partidas relacionadas al futbol.
“Las mafias se han dado cuenta que las apuestas online generan grandes cantidades de dinero con poco esfuerzo. La regulación existe, lo que faltan son los medios materiales para ejecutarlo”, expresó Luis Torres Montero, abogado en derecho deportivo.
Las autoridades se enfrentan al reto de detectar a los grupos delictivos, éstos últimos tiene la ventaja de operar en completo anonimato y a distancia, ya que utilizan a los jugadores o árbitros como los principales personajes que modifican el resultado de un partido; además, la falta de una legislación uniforme impide que el ilícito se castigue por igual en España, que Inglaterra o en el Latinoamérica, lo que ocasiona que ni multas ni sanciones sean homogéneas.
Por ejemplo: en Italia, donde su liga ha sufrido varios casos de corrupción, la ley estipula penas que van desde un mes de prisión y multa por 258 euros, hasta dos años de cárcel y 2,282 euros de castigo. Por el contrario, en Alemania se considera hasta 10 años de prisión y multas por 75,000 euros, las más severas de la zona.
“Una legislación armónica y uniformizada a nivel global asegura una ejecución simétrica a un problema plurinacional. Es preferible una estructura jerárquica, donde las instituciones nacionales apliquen la ley de manera uniforme”, añadió Luis Torres.
Por eso, aunque según la Interpol, en el 2013, al menos 380 partidos estuvieron bajo sospecha de amaño, sólo 425 personas fueron detenidas para investigación y 50 llegaron a la cárcel; es decir, de un universo aproximado de 20,520 personas que pudieron ser contactadas por la mafia para operar fraudes en el futbol, sólo 0.2% pagaron una pena.
Falta cultura de denuncia
Kick it Out es una organización que implementó una aplicación para teléfonos inteligentes que permite denunciar actos de racismo en el futbol. La estrategia es parte de un plan en Inglaterra que pretende utilizar a los aficionados al balompié como vigilantes del comportamiento en los estadios.
Por su parte, la FIFA y UEFA cada año se preocupan por realizar campañas de concientización y elevaron las multas para los clubes que presentan actos de discriminación en el futbol, aunque las sanciones siguen sin representar un golpe real para sus ingresos.
Ese fue el caso de Roma, que pagó 130,000 euros de multas, en el último año, por el comportamiento de sus seguidores, lo que apenas representa 0.1% de las ingresos anuales del club.
Ni siquiera los cierres totales o parciales de los estadios han disminuido la incidencia del problema, ya que 17 encuentros se han jugado bajo ésas circunstancias y en la mayoría fue con aficiones reincidentes, de equipos como Juventus, Inter, Dinamo de Zagreb o CSKA de Moscú.
“Los testigos se vuelven fundamentales, pero prefiere no declarar para no sembrar dudas sobre su reputación. Es por ello que se debe de proteger el anonimato”, recomienda el abogado español.
El dinero del narcotráfico fluye en el futbol
Wenceslao Álvarez Álvarez no tuvo problemas para ingresar a las instalaciones del club América en la ciudad de México. Su nombre estaba ligado a La Familia Michoacana y los Zetas, pero en aquella tarde de octubre del 2008, se presentaba como el dueño de los Mapaches de Nueva Italia, un equipo de la Segunda División Profesional de México.
Entonces, miembros de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada lo detuvieron, se llevaron a todo el plantel a declarar y el autobús, de lujo y ostentoso para un club de Michoacán, fue incautado.
El hecho reveló la falta de investigación en la procedencia de las inversiones en el futbol, la Federación Mexicana de futbol aceptó que desconocía las actividades del dueño.
El extremo se vivió en Colombia, durante la época de dominio del narcotráfico, los cárteles controlaron diversos equipos del país con pleno conocimiento de los aficionados y autoridades. En cuestión de negocios, el futbol no distingue a sus inversores.
Fuente: eleconomista.com.mx