El problema del juego online es su regulación

Carlos Javier Hernández nació en La Laguna (Tenerife) el 23 de mayo de 1966. Perdió la vista a los ocho años, pero eso nunca le impidió convertirse en una persona autónoma e independiente. Estudió Ciencias de las Información en la Universidad Complutense de Madrid, estudios que compatibilizó con la venta de cupones de la ONCE en Aranjuez, donde vino a vivir con su familia. En marzo de 1987, se incorpora al equipo de gestión de la delegación de la ONCE en Castilla-La Mancha. Fue director de la Agencia de Albacete entre 1990 y 1993, año en el que asume la Presidencia del Consejo Territorial de la entidad en la región hasta el año 2000. Ese año se encarga del Departamento de Juego.
Acaba de ser nombrado delegado territorial de la ONCE en Castilla-La Mancha, después de estar al frente del departamento de Juego de la ONCE desde el año 2000. ¿Cómo afronta este cambio?
En lo personal, poco, porque ya vivía en Toledo. Conozco a la ciudad, a la gente, a los compañeros de trabajo. Eso en otro tipo de empresas, a lo mejor, es un inconveniente, pero en una institución social como ésta, de servicio, creo que es una ventaja para aprovechar mejor los recursos. En lo profesional llevo diez días en este cargo. Creo que todavía no soy consciente de la responsabilidad que se asume en un escalón como éste. El departamento de Juego es uno de los de mayor relevancia y peso en la ONCE. Es muy importante porque es de donde salen los recursos económicos. Sin él es muy difícil que podamos prestar servicios sociales y cumplir el resto de objetivos que tenemos. En diez días apenas soy consciente de ello. Estoy intentando ponerme al día, haciendo el encaje de cómo vamos a funcionar.
¿Seguirá, no obstante, el camino andado por el anterior delegado, Antonio Cebollada?
Evidentemente. Esto es un relevo. Antonio Cebollada ha cumplido una etapa importante. No es un cambio de políticas, ni ideológico. Somos personas diferentes, pero los objetivos son los mismos, las líneas de trabajo son iguales. He tomado el relevo de las tareas que ha dejado pendientes y las voy a seguir desarrollando porque son de la ONCE, no de Antonio Cebollada ni de Carlos Javier Hernández. Espero correr esta carrera de relevos con la dignidad suficiente porque va a ir en pro de la institución.
¿Qué le pasó por la cabeza cuando le propusieron ser el nuevo delegado territorial de la ONCE?
Sinceramente no me lo esperaba. Para mí es un reconocimiento a una trayectoria de 28 años. He sido vendedor, también responsable en el Área de los Servicios Sociales allá por los años 80. Me tocó unos meses estar en el Área de Ventas en una época muy difícil, cuando había rifas ilegales. Me tocó también asumir la dirección de la ONCE en Albacete durante dos años y medio. He pasado por la Presidencia del Consejo Territorial de la ONCE desde 1993 hasta el año 2000. Y desde entonces he estado en el Departamento de Juego. He estado prácticamente en todos los frentes de la ONCE. Asumo este cambio como un reto, pero entiendo que tengo la experiencia suficiente para sacar adelante el trabajo con la ayuda del resto del equipo.
¿Qué proyectos tiene la ONCE para 2015?
Tenemos una serie de compromisos que los afiliados han votado. Nosotros ponemos la maquinaria en marcha para ejecutar ese programa en el horizonte de cuatro años, 2015-2018. Podríamos resumir nuestro programa en dos compromisos. Por un lado, mantener unos ingresos suficientes para la ONCE, en cuanto a la venta de los productos, que permitan, al menos, sostener el compromiso de servicios sociales que tenemos. Y por otro, que esos servicios sociales lleguen hasta el último pueblo de nuestro territorio donde haya un afiliado a la ONCE. Lo que queremos es que cuando una persona pierda la vista, tenga la edad que tenga, y llame a la puerta de la ONCE, demos respuesta a las necesidades que se le generan por esa situación personal que le ha sobrevenido.
¿Queda mucho camino por recorrer todavía?
Hay muchas cosas que están en marcha. Es un camino largo.
¿Qué opinas de la Ley de Garantía de los Derechos de las Personas con Discapacidad?
Es una norma en la que hemos trabajado junto con el Cermi. Lo que tienen que hacer los poderes públicos, tanto el legislativo como el ejecutivo, es que cuando se tenga que desarrollar, legislar sobre algo que afecte al colectivo de la Discapacidad que acudan a los que saben. En el Cermi hay profesionales, representantes de las diferentes entidades, hay expertos. Entendemos que la Ley recoge nuestras necesidades, lo que falta ahora es la ejecución de la misma.
Algunos colectivos de la Discapacidad han denunciado que su desarrollo está paralizado…
Todas las normas tienen una serie de desarrollo que llevan sus plazos y su tiempo. Creo que estamos en ello. La Ley de Garantía de los Derechos de las Personas con Discapacidad es mucho más nueva que la Ley del Juego, por ejemplo, y todavía la Ley del Juego tienen cosas sin desarrollar.
¿Echas en falta alguna reclamación o sugerencia que debería de haberse recogido en esta Ley?
Por lo poco que conozco, creo que es una Ley que cumple y cubre las necesidades de las personas con discapacidad.
Algún problema tendrá la ONCE no resuelto…
Tenemos un problema complicado que está abordado con el Gobierno regional y la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha que es el juego ilegal. Necesitamos dar una respuesta. Hay juegos que han nacido al amparo de los boletos del cupón de la ONCE, utilizando nuestro sorteo, similitudes, utilizan el escaparate de las personas con discapacidad o colectivos marginales, aprovechándose de una situación muy complicada que vive la sociedad. Es un tema muy difícil porque hablamos de personas. La cara la está dando una persona con o sin discapacidad que se está intentando ganar la vida como puede, pero detrás hay entidades que se aprovechan de vacíos legales o de situaciones alegales. Se aprovechan de esas circunstancias para, a través del juego, obtener recursos que no tenemos muy claro si van hacia fines sociales. Nosotros ni somos policías ni fiscales para investigar lo que está ocurriendo. Pero sí somos un colectivo perjudicado por ello. La ONCE tiene a sus trabajadores dados de alta, cumplimos las normas de prevención de riesgos laborales, intentamos que tengan un salario digno, un convenio colectivo, etc. Y con unas garantías para los consumidores. Si te toca un premio, te lo vamos a pagar. También cumplimos las normas de juego responsable. Pero tenemos enfrente una serie de entidades, de asociaciones que, obviamente son legales porque están registradas, pero no tienen es autorización para explotar un juego. Y además están poniendo en la calle a un colectivo muy vulnerable sin las suficientes garantías laborales ni fiscales. Ni tampoco hay garantías de que los premios se paguen. De hecho, ha habido varias denuncias de premios que no se han pagado.
Son cupones similares a los que vende la ONCE…
Sí, muy parecidos. De diferentes organizaciones, pero muy parecidos a los cupones que vende la ONCE. Pero el problema es a dónde va a parar todo ese dinero que se recauda con la venta de estos cupones. ¿Los beneficios de esta venta dónde revierte? La ONCE pasa una auditoría del Estado, estamos tutelados por el Estado. La ONCE no es una empresa privada al uso. Somos una corporación de derecho público.
¿Estáis detectando cada vez más ventas de este tipo de cupones?
Cada vez que hay una crisis económica fuerte, esto se produce. La gente busca los resquicios legales para hacer algo. Lo que necesitamos son respuestas por parte de los jueces, de los cuerpos policiales, de los gobiernos…
Pero no es una actividad ilegal…
Es alegal. No está legislado.
¿Qué respuesta habéis obtenido hasta la fecha de los poderes políticos sobre este asunto?
Ahora tenemos un escenario diferente porque el Ministerio de Hacienda ha movido ficha. A finales de diciembre publicó en el BOE una sanción contra la Organización Impulsora del Discapacitado (OID), que vende este tipo de cupones y tiene su sede en Talavera de la Reina. De hecho, los cupones se imprimen en Talavera. La sanción asciende a 25 millones de euros. Hablamos de una sanción muy importante. Obviamente, la OID es una asociación legal, lo que es ilícito es la venta de los productos de juego. Creo que lo tienen recurrido, van a utilizar sus herramientas jurídicas para defenderse, estamos en un Estado de Derecho. Pero obviamente que el Ministerio reconozca que está asociación está recaudando alrededor de 58 millones de euros anuales y entiendan que hay un delito fiscal, pues nos ha cambiado el escenario. Estamos pendiente de mantener reuniones con la Delegación del Gobierno en la región y trasladarle este tema también a la presidenta de la Junta de Comunidades y hablar con la Consejería de Hacienda. Estamos pendiente de que nos den cita.
Esta sanción es un paso importante…
Sí, claro.
¿También es un problema todo lo relacionado con el auge de páginas web de apuestas y juego online?
Es una paradoja. En nuestro país en los últimos años de crisis, desde 2008 para acá, el juego online, apuestas deportivas, el póker… ha dado un brutal crecimiento. Hablamos de un sector que recaudaba 400 ó 500 millones de euros anuales a estar facturando entorno a los 5.000 millones en 2014. Todavía no están cerrados los datos, pero estamos hablando de esa cifra más o menos. El crecimiento es brutal. No hay ningún sector en este país que haya crecido tanto en tan poco tiempo. ¿Paradoja? Hablamos de un sector que tiene un crecimiento brutal pero apenas genera empleo. Lotería Nacional o la ONCE, para la venta de sus productos, necesitan despachos, vendedores, unas infraestructuras que generan empleo. En CLM tenemos unos 600 vendedores, a nivel nacional unos 19.000. En el Grupo ONCE trabajan unas 61.000 personas en total. En los últimos años hemos creado más de 40.000 puestos de trabajo, de los cuales 5.000 son indefinidos. En cambio, el juego online, con tener un equipo de cuatro, cinco o diez personas en un despacho te maneja un servidor que te está facturando cientos de millones de euros. La creación de empleo es mínima. Con lo cual, esos ingresos revierten bien poco en la sociedad en general. Otra circunstancia que se nos da es que los premios de la Lotería y Apuestas del Estado y de la ONCE, a partir de los 2.500 euros, tienen que tributar con el 20% de retención al Ministerio de Hacienda. En el sector del juego online la mayoría de los premios no llegan a los 2.500 euros. No tributan. De los 5.000 millones de euros que recaudan, vuelve muy poquito en forma de tributos. A parte, ¿quién controla el acceso? Podrían acceder menores. ¿Quién controla el juego responsable? Son interrogantes que nos hacemos los que estamos en el sector.
En resumen, es un tipo de juego sin control…
Muchas veces la sociedad va por delante de la legislación.
Pero, ¿crees que a los poderes públicos no les interesa controlar el juego online? Es te tipo de juego nació ya hace varios años y cada vez hay más páginas web y programas en televisión.
Creo que hay un desconocimiento exacto del alcance. Es legal. La mayoría de las empresas se publicitan en los medios de comunicación. Con la Ley del Juego, al contrario, se dio cobertura legal a este tema. El problema no es tanto la legalidad o ilegalidad del juego online, sino la regulación del mismo. No creo que lo que se busque es que se vuelva ludópata todo el país, sino que no se ha medido bien el alcance del juego online. El crecimiento de esto ha podido superar a los propios gobernantes. Lo único que espero es que no sea tarde cuando se haga. Y que redunde en los ciudadanos, bien porque se genere empleo o ingresos a través de los tributos. Pero ahí entra el juego de la picaresca, de no otorgar premios que superen los 2.500 euros… Claro.
¿Las empresas castellano-manchegas son responsables en cuanto a dar empleo a las personas con discapacidad?
Uno de cada 180 empleos para personas con discapacidad está en el entorno de la ONCE. Eso significa que mucho empleo está bajo el paraguas de las siglas de la ONCE. Tenemos normas que favorecen la discriminación positiva de la integración laboral de las personas con discapacidad. Que se cumpla o no, pues muchas veces es la propia Administración la que no cumple en las convocatorias. Últimamente se está teniendo más cuidado con ello, pero la Administración debería prestar más atención a la hora de contratar a empresas con las que va a trabajar. Cuando se saca a información un concurso para prestar un servicio público, al final lo primero que miran, obviamente, es el tema económico, pero por ejemplo la Administración podría también mirar el tema social. Por ejemplo, si esa empresa tiene un porcentaje x de personas con discapacidad incorporadas, pues favorecerla en ese concurso publico. Creo que nos ayudaría. Dentro del colectivo de la discapacidad, el desempleo es mayor que el índice general de paro en el país. Si hay un 25 ó un 28 por ciento de paro, pues probablemente dentro del colectivo de la discapacidad, eso se nos va al doble. Hacemos el esfuerzo, y lo vamos a seguir haciendo, porque es nuestro compromiso con la gente que se acerca a nuestro vendedores en la calle, que el primer servicio y el más fundamental es la generación de empleo porque es una manera de que la persona se realice. Pero este esfuerzo no solo lo puede hacer la ONCE, sino que lo tienen que hacer las grandes empresas y la Administración. Nosotros tenemos la mano tendida.
¿Opinas que todas las personas tenemos algún tipo de discapacidad?
Cuando me he encontrado a algún empresario que no está por la labor de contratar a personas con discapacidad porque no cree que sean aptas, le he preguntado por qué piensa eso. Y la respuesta es desconocimiento de cuáles son las capacidades que cualquier persona puede desempeñar. Yo aunque soy ciego, puedo manejar un cal centre, por ejemplo, tan importante como pueda ser el 1-1-2. Cuando llamas no sabes si el que está al otro lado ve o no ve. Me tendrán que enseñar a manejar el sistema, pero como a cualquier otra persona. Una persona sorda puede trabaja en una empresa de montaje donde en muchas ocasiones tienen que llevar cascos por el ruido. Creo que es un desconocimiento del empresario de cuáles son las capacidades de las personas, con o sin discapacidad.
¿Se está erradicando, al menos, este pensamiento del empresario?
Cada vez hay menos. La sociedad ha cambiado mucho. Llevo 28 años en Toledo y esto nada no tiene nada que ver. Hoy nos sentamos a hablar de tú a tú con un consejero, con un alcalde, con un gran empresario de la región y viene con una recepción de a ver qué podemos hacer juntos, de cómo podemos sumar. Hace 25 años, lo que había era un gran desconocimiento de lo que era la ONCE o de lo que podíamos hacer. La sociedad española, en general, ha cambiado.
Fuente: latribunadeCiudadReal.es